sábado, 14 de junio de 2008

CREDO

CREDO


Aléjate de la muchedumbre y de su afán infructuoso de fama y oro. Nunca vuelvas la vista atrás, una vez que hayas cerrado tu puerta al deplorable tumulto de la codicia y de la ambición. Enjúgate las lágrimas del fracaso y el infortunio. Pon a un lado tu onerosa carga y descansa hasta que tu corazón haya recuperado la calma. Consérvate en paz. Es ya más tarde de lo que piensas, pues tu vida terrena, en el mejor de los casos, no es más que el parpadeo entre dos eternidades. Desecha todo temor. Nada puede dañarte aquí, sólo tú mismo. Haz aquello que temes y aprecia con orgullo esas victorias. Concentra tú energía. Estar en todas partes es tanto como no estar en ninguna. Sé celoso de tu tiempo, porque es tu mayor tesoro. Recapacita sobre tus metas. Antes que permitir que tú corazón se aficione demasiado a algo, examina la felicidad de que gozan los que ya tienen lo que tú deseas. Ama a tú familia y ten muy presente tú ventura. Piensa con cuánto afán la buscarías sino la poseyeras. Haz a un lado tus sueños imposibles y lleva a cabo la tarea que tienes a tú alcance, por desagradable que sea. Todos los grandes éxitos resultan de trabajar y saber esperar. Sé paciente. Los retrasos de Dios no son negativos. Espera. Mantente firme. Ten presente que tú tesorero siempre está cerca. Lo que siembres, bueno o malo, eso será lo que coseches. Nunca culpes a los demás por tú situación. Eres lo que eres por decisión tuya, eso es todo. Aprende a vivir en una pobreza honrada, si así debe ser y ocúpate en cosas más importantes que en llevarte oro a la tumba. Nada de hacer concesiones a la dificultad. La ansiedad es la herrumbre de la vida y cuando agregas las cargas de mañana a las de hoy, su peso resulta insoportable. Aléjate de la compañía del quejumbroso y da más bien gracias por tus derrotas. No las sufrirías sino las necesitaras. Aprende siempre de los demás. El que se enseña a si mismo, tiene por maestro a un necio. Sé cuidadoso. No graves tú conciencia. Lleva tu vida cómo si tuvieras que pasarla en una palestra de gente chismosa. Evita la fanfarronería. Si ves en ti algo que te hincha de orgullo, obsérvate más de cerca y encontrarás materia más que suficiente para humillarte. Sé sensato. Date cuenta que nodos los hombres han sido creados iguales, porque no hay igualdad en la naturaleza. Sin embargo, jamás ha nacido uno cuyo trabajo no haya nacido con él. Trabaja cada día cómo si fuera el primero, pero trata con ternura las vidas que tocas, cómo si todos debieran acabarse a medianoche. Ama a todos, incluso a los que te repudian; el odio es un lujo que no puedes permitirte. Busca a los menesterosos. Aprende que el que da con una mano recogerá siempre con las dos. Consérvate en buen estado de ánimo. Por encima de todo recuerda que SE NECESITA MUY POCO PARA LLEVAR UNA VIDA FELIZ. Camina siempre adelante. Aférrate a Dios con sencillez y recorre tú sendero en silencio hacia la eternidad, con caridad y con una sonrisa. Cuándo partas todos dirán que tu legado fue dejar un mundo mejor que el que tu encontraste.

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