domingo, 7 de noviembre de 2010

SE POSITIVO

Las posibilidades de resolver un asunto dependen, en gran medida, de la resolución con que se acometa. Si el ánimo no acompaña a la acción, poco o nada se puede esperar. Ahí reside la importancia de abordar los problemas con un espíritu positivo, porque al hacerlo se está en camino de encontrar la solución.
Los que ante un conflicto ponen el acento en lo difícil de la empresa y en lo menguado de sus oportunidades están en el umbral de perder el lance antes de que este haya comenzado.
Además de lo dicho, y no menos importante, nada tan ingrato como compartir tareas o vida con una persona que siempre ve la botella medio vacía y el futuro amenazador. La convivencia se vuelve insoportable y se corre el peligro de acabar adoleciendo del mismo defecto, porque nada es más contagioso que el pesimismo.
Dicen que un pesimista es un optimista informado. No es cierto. Un pesimista es un estúpido que solo ve problemas donde otros son capaces de ver oportunidades, y en ese mirar amargo y sin esperanza suele arrastrar a quienes están cerca. Esa es la razón por la que nadie quiere estar cerca de ellos.
Baltasar Gracián, el maestro de la síntesis, define este principio con una sola frase : “Abórdese lo fácil como si fuera difícil y lo difícil como si fuera fácil”.

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