lunes, 10 de marzo de 2008

Reflexiones

827. El éxito es una trampa, una estafa, una zanahoria que algún dios burlón nos pone delante para que corramos detras de ella aun a sabiendas de que nunca la alcanzaremos. O mejor dicho, si la alcanzaremos pero sólo para comprobar que no era "esa" precisamente la que buscábamos y continuamos la estúpida persecución. Porque la gran paradoja de este espejismo es que no se acaba nunca. Cuando uno logra una meta, aspira a otra y cuando logras esa segunda, lo que desea (y cada vez con más angustia y más anhelo) es una tercera y una cuarta...

828. El éxito aunque sea merecido, no da la felicidad, más bien todo lo contrario, produce angustia y vértigo pues teme uno todo el tiempo perderlo. Es una continua desazón, a menos, claro está, que uno sea un necio y un vacuo.

829. Hay tres cosas que son reales en este mundo -afirmó una vez JF Kennedy- : Dios, la locura humana y la risa. Las dos primeras están más allá de nuestro entendimiento. Así que debemos hacer lo que podamos con la tercera.

830. Para poder prosperar en Estados Unidos, hay que ser adicto al trabajo y combinar el talento con la competividad.

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